14 de mayo de 2015

Pan de trigo y alforfón o trigo sarraceno


Llevaba unas semanas viviendo con un temor que me atenazaba el alma, el corazón y el sombrero: la posibilidad de ser celíaca. Hay pocas cosas en mi vida que tienen carácter de necesidad, pero una de ellas es: ¡¡¡el pan!!!. Creo que no podría vivir sin hincarle el diente a una hogaza de trigo o a un centeno. El tema de las pastas y demás alimentos necesariamente modificados de la dieta celíaca no me preocupaba en absoluto, pero ¡el pan! ¡aaay!.
Ser celíaco debe de ser una de las cosas más aburridas del mundo porque uno no hace vida dentro de casa y, fuera de ella, a nadie le preocupa que la comida tenga gluten. Y, a veces, incluso con las indicaciones de "sin gluten" el producto ha sufrido contaminación cruzada y el celíaco acaba padeciendo sus efectos. Muy peliagudo el tema y bastante preocupante, la verdad.
El caso es que ayer tenía que ir a recoger los resultados de los análisis. Me vestí de negro, como si fuera a mi propio entierro, miré suspirando los 500 botes de diferentes harinas que tengo en la cocina y armada de valor me fui al médico (tengo que darle algo de emoción tragicómica a la historia). Entré en el ambulatorio, me encaminé a la puerta de mi doctora y, al llegar, me senté frente a ella. Cuando llevaba 5 minutos allí me fijé que había un cartel en la puerta (que anteriormente no había visto porque estoy más miope que Carracuca y mucho vestirme de negro pero las gafas se quedaron en casa). Así que me levanté (porque ya me había cansado de arrugar la nariz y entrecerrar los ojos con cero resultados de ver nada) y el cartel decía: "La doctora Morales atiende por la mañana en la consulta 6548675465 de la segunda planta". ¡Ya decía yo que era raro que no hubiera nadie! Coooorriendo a la segunda planta con cara de lerda. Llegué y justo me estaban nombrando (¡menos mal!). Entré con cero solemnidad a la consulta, echando el higadillo y, con una sonrisa en la cara (que yo ni me había sentado) me dijo la doctora: "Silvia, no eres celíaca. ¡Enhorabuena!" Al escuchar el "enhorabuena" me dió la impresión de que había ganado un concurso en el que el premio era un reloj de cocina con forma de olla exprés. Y con esa sensación y una felicidad muy grande no escuché nada de lo que me dijo a continuación (aunque igual era importante ya nunca lo sabré). Salí de allí con una copia del certificado de mi no-celiaquía, llegué a casa, la colgué en la nevera y...¡me puse a hacer pan! ¿Qué mejor manera de celebrarlo? ¡Manos a la obra!
Os confieso que a partir de ahora a este pan lo llamaré Pan Feliz, porque pocos panes me han sentado tan bien en la vida.

Para un pan de 500 g:

Para el poolish

50 ml de agua
30 g de harina trigo sarraceno
20 g de harina de trigo panadera
1/2 cucharada de postre de levadura seca

Para la masa final

Todo el poolish
220 g de harina panadera
30 g de harina de trigo sarraceno
50 g de harina de trigo integral
140-150 ml de agua
1 cucharada de postre de sal
3/4 cucharada de postre de levadura seca




Preparamos el poolish mezclando bien las harinas, la levadura y el agua. Dejamos reposar a temperatura ambiente 12 horas o toda la noche. Al día siguiente mezclamos bien todos los elementos junto con el poolish y amasamos. Es conveniente que sea un amasado fuerte y rápido porque el sarraceno degrada el gluten que es una maravilla, oiga. Así que con unos 15 minutos será suficiente. Dejamos reposar una hora tapada con un paño húmedo. Si queremos a los 20 minutos de empezar el reposo podemos hacerle unos pliegues al pan de tal manera que el alforfón nos muestre después todas sus maravillas. Una vez ha pasado esa hora desgasificamos y formamos la masa. Dejamos nuevamente levar una hora y media a temperatura ambiente tapada con un paño húmedo. (En panarras.com con esta harina hacen un levado retardado en nevera de 3 horas, yo no lo he hecho nunca pero de los panarras me fío (del Caserío ya veremos). Después de este segundo levado greñamos e introducimos al horno con vapor de agua unos 45 minutos. A 230º los 25 primeros minutos y a 200º el tiempo restante. Sacamos, dejamos enfriar y olemos mucho esa miga de sarraceno antes de comerlo entero. ¡A disfrutarlo!

10 comentarios:

  1. Ole!!! Comoe alegro! Te has tenido que quitar un peso de encima... Yo tb soy adicta al pan y este... Babas, babas... Menuda pintaza maja! Esto hay q celebrarlo!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡No te puedes imaginar qué alegrón tuve ayer! jajajajaja Aunque creo que lo que he hecho ha sido ponerme más peso, porque ¡menudo atracón de pan que me metí pal body! Pero donchuworri que lo celebramos otro día con pan (tostado) y mucha mermelada!!! Que esas fiestas son las mejores :)

      Eliminar
  2. Pues yo también te doy la enhorabuena porque aunque conozco celíacos que lo llevan estupendamente, no deja de ser un ..oñazo. Lo de hacer pan es una asignatura que tengo pendiente y que lo seguirá estando, pues no me pongo a ello ni a tiros, pero me encanta ver estas hogazas que hacéis y no puedo por menos que sentir envidia por lo que me estoy perdiendo. Que lo disfrutes mucho y cuando hagas mucho y te sobre, me envias alguno.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Buenas! ¡Pues madre del amor hermoso! Yo creo que si fuera celíaca me hundiría en un hoyo. Supongo que también tiene que ver con lo que más le guste a uno, que yo le echo trigo a todo. Me llego a tener que quitar el pan con gluten y mis guisos de trigo y me da lo malo! jajajaja Si es que soy muy poco urbanita-moderna yo. Un día tienes que liarte la manta a la cabeza y ponerte a hacer pan. Eso sí, a partir de ese día ya no vas a poder parar jajajaj Un beso grande!

      Eliminar
  3. Hola guapísima !!!
    Pues la verdad es que también te felicito, enhorabuena !!!!
    Todo lo que sean restricciones y tenerte que privar de algo es un rollo, para qué vamos a negarlo. Y de repente te dicen que sufres celiaquía y vamos, te cambia todos los esquemas en un abrir y cerra de ojos. Empezando por el pan mismamente, con las alegrías que nos da.
    Como tú con este pan de trigo y alforfón, estás hecha una artista panadera y lo sabes, que mira la cantidad de tipos diferentes que tienes en tu blog, viva tu pan feliz !!!
    Besotes gordos mi niña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaa! Muchas gracias, muchas gracias! No ser celíaco es mejor que ganar un Óscar a mejor actriz de reparto (aunque si me hubieran dado un millón de dólares con el resultado de no-celiaquía no hubiera dicho que no jajaja). Y con la sopa tienes razón, desbarrando totalmente jajaja Yo ya me he unido al club gazpachero, aunque tengo que confesarte que todavía ha caído alguna sopa (mis pies helados no me dejan vivir). Besazoos grandeees!

      Eliminar
  4. ¡Menuda sopita tienes en la receta anterior! a ese caldito mejor no resistirse.
    Del pan ¿qué te digo del pan?pues que sí debes ponerle ese nombre y no otro. Me encantan tus historias que describes con tanta realidad que me parece estar delante viéndote, jajaja. Menos mal que la historia tiene un final feliz ¡como el pan! (que por cierto me parece fantástico). Besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Alicia! Soy una sopera, sí, el recipiente jajaja Y eso que no me gustan las sopas (menos mal!). Pero la verdad que ya va haciendo tiempo de guardar un poco la cuchara caliente, lo sé. Aunque luego enseguida las echo de menos y me preparo alguna a escondidas para que no me llamen loca jajaja A veces me pongo a contar historias en el blog y pienso: "igual se me va la olla contando chorradas de mi vida", pero ¡no puedo evitarlo!, porque al final casi todo lo que como tiene que ver con algo que me ha pasado ese día. (Parece mentira que algo tan básico como comer esté tan inserto en las cosas que nos suceden). Un besuco enorme!

      Eliminar
  5. Pues enhorabuena!!! A mí también me daría algo si tuviese que prescindir de alguna comida, vale que no la comas por gusto pero porque no se pueda no
    Y como no te extrañaste de ver la sala vacía? Cuando trabajaba de medico eso no estaba vacío ni cuando cerrabamos el ambulatorio...habia una señora mayor que venía toooooodos los días con y sin cita, pero era tan salá que me traia a veces hasta un zumo de esos que llevan leche (que yo odio) para que me refrescara,me lo tenía que beber alli con ella mientras me contaba sus cosas ...jajaja entrañable la viejina
    Un beso y a jartarse de este pan tan rico, por cierto ,de donde sacas tantas harinas?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Que estaba yo a por uvas ese día! jajaja Si normalmente hay más gente que en la guerra, que eso es peor que la cola del Inem. jajajajaj me parto con la señora y sus zumos jajajaja esas situaciones son mejores contadas porque mientras te tienes que beber el zumo que odias (exclusivamente concentrada en tomártelo sin vomitar), tienes ganas de desaparecer de la Tierra. Pero como lo que importa es la intención de la señora pues pones buena cara y a volar jajajaja
      Anda que no me puse las botas con el pan! Qué tontería más rica, oye! Soy yo un poco exagerada (ni que fuera de Cádiz), si tuviera 500 harinas vivía debajo de un puente para que entraran todas en casa. Pero sí que parece que las colecciono. Entre las rarunas que voy comprando y los sacos de 5 kilos de las que más uso tengo harinas para dar de comer a dos regimientos jajaja Luego siempre estoy abriendo los sacos temiendo que me aparezcan gorgojos, de momento he tenido suerte (cruzo los dedos). Por cierto, tengo que probar las bases de pizza de verduras, porque las he visto varias veces pero nunca me he animado con ello. Si se la cuelas a tus hijas y no se quejan ¡tiene que estar muy bueno! Y eso de comer sopa a 45 grados...¡acabo de fundar tu club de fans! jajaja Yo creo que ni con aire acondicionado me atrevía yo con eso. Aunque a lo mejor sí, que tengo el calendario gastronómico estropeado jajajaj Un besaaaazo!

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...