
Hoy no traigo receta. Independendientemente de lo que el ejército pueda suscitar en cada persona quería compartir algo que considero curioso. No vengo aquí a valorar un tema tan peliagudo, con opiniones personales e intransferibles, como el de las Fuerzas Armadas. Los debates que solucionan el mundo son para la terraza del bar con amigos o familia y unas cervezas con su pincho de tortilla. Hoy vengo a lo que vengo: ¡a comer! (¡Menuda sorpresa!)
Recuerdo que la primera vez que el Notario trajo una caja de las raciones de combate todo mi afán era abrirla para ver qué había dentro. Una vez abierta perdió todo mi interés. Un tetris de tres latas y muchos complementos de cosas que a mí no me complementaban nada. Me acuerdo que lo mejor fue montar el hornillo como si fuera un Lego. Cuando terminé con la construcción para párvulos pensé: "¿ Y ahora qué? ¿No vienen unos sudokus o algo?". Pues no, las raciones de combate no incluyen sudokus. Ni siquiera para los oficiales que parten y reparten (ya le dije al Notario que menudo pringao estaba hecho). Tras mi clara casi decepción el Notario me empezó a contar que, a nivel internacional, las raciones del ejército español son de las mejor valoradas. Vamos, que el resto de ejércitos cambian lo que haga falta por comer algo decente. ¡En España se come bien hasta de lata! Para que las raciones fueran 100% españolas yo incluiría la típica sevillana de plástico que se ponía encima de la tele cuando las teles tenían "encima" (que ahora son todas planas y ya no puede uno poner el trapo de ganchillo, la sevillana y la foto de la familia).
Desde aquella primera ración que entró por la puerta de vez en cuando entran más. Si os soy sincera casi todo lo que traen esas cajas termina convertido en otra cosa (porque algunas no hay mortal que pueda comérselas).
En su momento a mí me produjo infinita curiosidad lo que aquello contenía y sé que esto le pasa a más gente. Así que os abro las cajas y cuento un poco la gaita. Si, por casualidad, alguien ha comido/probado las raciones, y quiere, que comente algo al respecto y nos echamos unas risas entre todos.
La alimentación en operaciones
La situación táctica de la región y, por lo tanto, el nivel de estabilidad de la zona y la capacidad de abastecimiento determinan la alimentación en campaña. Vamos, que si está la cosa chunga no pueden ir los de Masterchef a cocinar para la Panzer Bellota. Así, nos podemos encontrar los siguientes modelos de mayor a menor inestabilidad:
- Ración individual de combate autocalentable: las que voy a comentar.
- Ración colectiva: se calientan en las cocinas de los campamentos en marmitas de Obélix.
- Cocina con productos frescos y externalización de servicios.
- Externalización completa.
Existen además las llamadas raciones de emergencia, de unas 1050 kcal, que incluyen como alimentos: chocolate con leche y almendras, turrón de Alicante, carne desecada, caramelos, azúcar, café en sobre, consomé instantáneo, pan galleta y dos tabletas del misterioso alimento equilibrado de alto valor energético. Esto último debe ser
Soylent Green o algo parecido.
Ración Individual de Combate
Las raciones individuales de combate tienen, en cada una de las tres ingestas, cinco menús distintos para cada una de ellas. Existen también raciones halal con dos variedades de menú para la comida y otras dos para la cena. Y es que no tenemos que olvidar que hay una considerable cantidad de militares musulmanes (la mayoría oriundos de Ceuta o Melilla).
En total, el valor energético de la ración diaria oscila entre 3446 y 3608 kcal. Se supone que se queman. Se supone. Creo que más de uno se ha convertido en Jabba el Hutt gracias a esta brutal dieta. Porque hay que tener en cuenta que, en general, ésta es la comida de la que disponen como primer recurso y la que se llevan de maniobras (tanto en territorio nacional como fuera de nuestras fronteras).
Hay que señalar que en el caso de las maniobras cada militar tiene que abonar lo que cuesta la alimentación. Vamos, que de gratis nada, que no está el horno para bollos. Siguiendo con las maniobras, en ocasiones, en lugar de raciones individuales de combate les entregan una bolsa de plástico a la que, en un alarde intenso místico del tipo Santa Teresa de Jesús, llaman "bolsa" y que incluye un bocata, un bollo, una fruta, a veces una lata pequeña de paté y algo más de pan y un refresco. Todo ahí tirado sin orden ni concierto y que, al final del día, da como resultado una manzana mullida blandurria y un panecillo arrugado chicloso con trozos de chocolate del bollo pegados en todas partes. Como el que se va de excursión al monte con la familia. De aquí a dos días tortilla, ensaladilla rusa y abuela y primos en la bolsa de plástico de comida.
Para todos los interesados en la información nutricional aquí dejo la distribución total de los nutrientes:
- 16,10-18,95 % de proteínas
- 34,96-40,69% de lípidos
- 43,10-47,74% de hidratos de carbono
Por si las casi 4000 kcal fueran poco, dependiendo de la actividad, encontramos también el Refuerzo de las raciones individuales (que no es la ración de emergencia pero muchos de sus alimentos son los mismos). Suman unas 1000 kcal más y está compuesta por: chocolate con leche y almendras, turrón de Alicante, miel, chicles y una tableta de 30g de Soylent Green (el alimento equilibrado de alto valor energético que también incluyen las raciones de emergencia). Los refuerzos están destinados a cuerpos como Operaciones Especiales o Montaña, como es natural por otra parte.
A continuación os comento desglosadas cada una de las ingestas. Ya de paso os doy mi opinión de lo que he podido probar y os adjunto algunas fotos de los menús que tenía en casa:
Desayuno:
Si yo me levantara por las mañanas y tuviera uno de estos menús para desayunar 3 días seguidos sería diabética seguro. Lo que no sería es persona, que yo sin mi tostada y mi yogur no soy susceptible de existir. Pero esto a los nutricionistas de las Fuerzas Armadas les importa un pepino (incomprensiblemente para mí) y sus propuestas son las siguientes:
Desayuno Menú Nº5
Desayuno:
- 2 sobres de café soluble de 2g
- 3 sobres de leche condensada azucarada de 25g
- 1 tarrina de confitura de albaricoque de 25g
- 1 paquete de galletas dulces de 80g
- 1 chocolatina con leche de 25g
Complementos:
- 2 pastillas depuradoras de agua
- 2 pastillas de combustible sólido
- 1 sobre de sales para rehidratación oral de 5g
- 1 chicle
- 1 estuche de cerillas (20)
- 1 hornillo quemador
- 1 bolsita con papel de celulosa (10)
- 1 cepillo dental
- 1 crema dental fluorada
- 1 desinfectante instantáneo para manos
Siempre que veo una pegatina que claramente está tapando el producto original tengo la imperiosa necesidad de ver qué hay debajo. Como podéis ver, la mermelada, por lo menos, es de buena calidad (y va a ir directa a dar brillo a alguna tarta de manzana).
Las galletas son las típicas tostadas rectangulares. Ahí me llevé un chasco (porque no sabía lo que me iba a encontrar). Pero vamos, que me las comí igual porque esas galletas son el comodín del público para todo el mundo (por lo visto para el ejército también).
La tableta de chocolate... Creo que se han pasado llamando a eso chocolate. Es la típica pasta en forma plana y rectángular que sabe a grasuza dulce. Para que os hagáis una idea sabe al chocolate de los paraguas pequeños aquellos que afortunadamente están casi en peligro de extinción. Más malo que el Dr. No. Desde aquí solicito que cambien esa basura de la ración porque dan ganas de quitarse la vida un poco y no creo que ayude a ningún Estado tener un ejército suicida.
Los complementos son los mismos en cada menú.
Comida:
La comida, además de lo que viene en la caja, incluye un paquete de 100 g de pan galleta. El pan galleta es una guarrería insulsa con una fecha de consumo preferente de holocausto nuclear. Recuerdo que cuando lo probé pensé que aquello era el karma devolviéndome las cosas malas que había hecho en la vida.
Comida "A" Menú Nº1
Comida:
- 1 sobre de sopa de pollo instantánea con pasta de 13g
- 1 lata de lentejas con chorizo y tocino de 300g
- 1 lata de caballa en aceite vegetal de 120g
- 1 tarrina de crema de manzana de 50g
Complementos:
- 2 pastillas depuradoras de agua
- 3 pastillas de combustible sólido
- 4 sobres de polvo isotónico defatigante con vitamina C de 5g
- 1 chicle
- 1 estuche de cerillas (20)
- 1 hornillo quemador
- 1 bolsita con papel de celulosa (10)
- 1 crema dental fluorada
- 1 desinfectante instantáneo para manos
Las sopas, en general, no es que sean una maravilla pero son lo que son. Sopas de sobre. Ni más ni menos. Ni peores ni mejores. Así que tampoco me voy a poner exquisita al respecto.
De las lentejas tengo que decir que no están malas. Pero de todos los menús el mejor guiso es el de pote gallego. Está muy bueno. Y ya si lo metes de relleno en una empanada no os quiero ni comentar. Desde aquí mis felicitaciones al chef potero galleguístico (y si le sobra que me mande).
Las latas de conserva son exactamente como todas las del mundo.
Lo mejor de las comidas es el postre. Las cremas de frutas, especialmente la de manzana, tienen un sabor muy bueno (teniendo en cuenta que viven durante mucho tiempo en un plastiquete).
De nuevo, los complementos se repiten en cada menú.
Cena:
La cena incluye también un paquete de 100 g del mal llamado pan galleta (tendría que llamarse condena de la Inquisición).

Comida "B" Menú Nº 5
Comida:
- 1 sobre de sopa de verdura instantánea de 20g
- 1 lata de judías verdes con jamón de 190g
- 1 lata de calamares en aceite vegetal de 115g
- 1 lata de melocotón en almíbar de 190g
- 1 lata de paté de 70g
Complementos:
- 2 pastillas depuradoras de agua
- 3 pastillas de combustible sólido
- 4 sobres de polvo isotónico defatigante con vitamina C de 5g
- 1 chicle
- 1 estuche de cerillas (20)
- 1 hornillo quemador
- 1 bolsita con papel de celulosa (10)
- 1 crema dental fluorada
- 1 desinfectante instantáneo para manos
Aquí tengo que resaltar una cosa: las verduras están muy malas. Pero malas. Mucho. Un horror. Llevan el típico caldillo blancuzco que al abrir la lata inunda tus fosas nasales de némesis divina o venganza universal. No lo he puesto al microcoscopio pero seguro que se puede ver, en el líquido blanco, una tribu de micromojones apuntándo con el dedo hacia arriba mientras se mofan del que se lo va a comer. En serio, que alguien haga algo al respecto porque nadie se merece tal cosa. Prefiero comerme las cerillas y el papel.
Lo mejor, una vez más, es el postre. Si tuviera que alimentarme a base de raciones creo que terminaría por comer únicamente la fruta en almíbar.
En todos los menús los complementos son los mismos.
Y bueno, aunque podría extenderme más creo que ya os habéis hecho una idea de los menús
gourmet de los que disfrutan los militares. Casi toda la información técnica aquí vertida ha sido obtenida de la
web del Ejército de Tierra. Y, si tenéis más interés, en el apartado de la Agrupación de Apoyo Logístico de Zaragoza (AALOG 41) hay documentos sobre el asunto.