29 de abril de 2015

Muffins de dulce de membrillo y nueces

Me encantan los membrillos y si no fuera porque son indigestos me los comía hasta crudos (podéis imaginar por qué sé que son indigestos...). Cuando es temporada, los padres del Notario siempre me regalan un quintal de ellos y yo los preparo más feliz que un regaliz. Que si dulce de membrillo, que si puré para hacer salsas (o meter la cuchara), que si jalea... ¡No tiro nada de los membrillos! Es como el que vendimia y luego se marca un aguardiente de campeonato con las pieles de las uvas. Pero yo soy más de membrillo. ¿El problema? Que me dura menos que un contrato en Alcampo. 
Recuerdo que cuando era pequeña no me gustaba nada, odiaba el membrillo con todas mis fuerzas. El otro día descubrí la razón. En mi necesidad (por supuesto, vital) de tener que comer membrillo decidí comprarlo en el supermercado sabiendo que aunque no iba a ser como el casero por lo menos algo se parecería.
Al llegar a casa abrí aquello, corté un trozo, me lo metí a la boca y....¡el horror! ¿¡Pero qué era eso?! No puedo explicar con palabras la aberración membrillera que se vende (aunque supogo que todo el mundo menos yo ya lo sabrá). El caso es que me cogí un rebote de 3 pares de narices y a punto estuve de tirar el membrillo entero a la basura (con el pie en el pedal del cubo y el paquete en la mano). Pero de repente me dije: "oye maja, que aquí no se tira nada a no ser que tenga vida injustificada". Así que lo volví a meter a la nevera y al día siguiente pensé que como endulzante en unos muffins (y que al final algo de membrillo llevaría el potingue ese) seguro que estaba de lujo. ¡Y efectivamente! Así que al final hice bien en no tirarlo. Por cierto (y ya que estoy aprovecho), si alguien conoce alguna marca de dulce de membrillo que esté buena, buena, buena (se entiende, decente) ¡soy todo oídos!


Para 6 muffins

125 g de harina leudante
250 g de dulce de membrillo
50 g de margarina ligera a temperatura ambiente
1 sobre de levadura química
1 huevo M
6 ó 7 nueces
azúcar moreno para decorar (opcional)

En el vaso de la batidora trituramos el dulce membrillo y batimos con el huevo. Añadimos ahora la margarina y continuamos batiendo. En un bol tamizamos la harina con la levadura y añadimos la anterior mezcla. Mezclamos con una espátula hasta que quede una masa homogénea. Machacamos las nueces y dejamos algunos trozos para decorar. Vertemos la masa en los moldes y añadimos las nueces y el azúcar (si queremos). Introducimos en el horno precalentado a 180º durante media hora. Sacamos, dejamos atemperar y ¡a comer!.

4 comentarios:

  1. Parece una buena idea haber utilizado el dulce de membrillo en estos muffins porque tienen un aspecto de lo más apetecible y te han quedado muy bonitos, parecen setas.
    Un beso.

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    1. La verdad que era eso o tirarlo a la basura. Así que me doy con un canto en los dientes. Jajajaja sí que es verdad que parecen setas, no había caído. Son los moldes que no son de magdalenas. Deben ser de setas jajajaj. Beso grande!

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  2. Tus besucos me encantaron, me supieron tan ricos como seguro estaban estos muffins o magdalenas y con todo mi atrevimiento te voy a hacer un regalo aunque a buen seguro, ya lo has probado y lo conoces. La próxima vez que prepares dulce de membrillo prueba a ponerle unas nueces, cuando lo pongas a enfríar para guardar. Verás que delicia. Aquí en tierras meigas lo venden ya así "dulce de membrillo con nueces"... es que leyendo los de tus mufinses (o como se diga) me ha venido a los pensamientos. Un abrazo y mis deseos de que esas caballas te queden ricas, ricas...

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    1. He leído tu comentario y casi lloro por ese membrillo con nueces. ¿Por qué has tenido que recordármelo? jajajaja Ahora sufro mucho (que me gusta dramatizar como si fuera una telenovela venezolana).Tengo familia en un pueblecito de Orense y voy bastante a menudo. La última vez me traje uno (con sus nueces de rigor) que no duró nada (y una mermelada de castañas que no llegué a untar en pan y me comí con cucharilla). Si es que soy adicta al membrillo jajajajaja Y las nueces también me las traigo de allí en cargamentos porque las de California como que no me hacen mucha gracia, ni por el sabor ni por el precio. Allí las de los pueblos de la montaña casi que las regalan y vale, salen algunas negras, pero por el resto merece mucho la pena. ¡Que menudas nogueiras hay en Galicia! Eso no tiene precio (como todo lo que hay allí). Lo que más rabia me da es que si quieres comer cosas tradicionales decentes te las venden como producto gourmet y en establecimientos exclusivos. Eso sí, el caviar lo tienes en el Eroski. Te prometo que cada vez entiendo menos jajajaja. Un besuuuuco grande y que tengas un muy feliz día!

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