29 de mayo de 2015

Pan de semillas de mostaza


Si hay una cosa que me hace muy feliz es ver cómo la gente cercana se preocupa por su alimentación. Que ya se sabe que de lo que se come se cría y, sinceramente, más de uno y de una un día amanece con un bollicacao maravillao debajo del brazo y tres infartos de diabeticardio. No es que sea yo Lady Salud, ni mucho menos, pero por lo menos se hace el amago. ¡La intención es lo que cuenta! Aunque luego todos caigamos en la tentación de vez en cuando está más que justificado (¡Ea!). 
Y el pan es una de esas cosas que la mayoría de gente come (pese a su desprestigio noventero llegado de tierras yankis al que se le prestó, y aún hoy se presta, una inusitada atención. ¡Manda narices!, hacer caso a un país en el que la alimentación es un fucking disaster). Así que cuando alguien hace aterrizar en su casa una panificadora y me lo cuenta yo me convierto en el personaje principal de un musical de Broadway. No bailo ni nada, que no hay que perder los papeles, pero poco me falta. Puede ser porque el mundo panarra llegó a mi vida a través de la panificadora que me regaló el Notario. Me acuerdo que al abrir el paquete pensé: "¿y esto para qué gaitas lo quiero?". El casi autismo del Notario se ve compensado por una habilidad de vidente que ya quisiera Sandro Rey.

Uno de los procesos que me gusta llevar a cabo a la hora de hacer pan es la autolisis. Sobre todo con los panes de panificadora. La calidad del pan mejora infinitamente (la miga es más mullida y la corteza más crujiente), incluso con panes integrales. Si pincháis el link tendréis acceso a una muy mediocre pero resultona explicación del asunto.
Este pan, con sus semillas de mostaza y de un sabor muy suave, me encanta. Eso de dar un bocado y que de repente cruja una semilla (sin que le duela a uno la muela y el sombrero como pasa con muchos panes de semillas) es una maravilla. Al hacer pan ¡echadle de todo y probad! Raro es que salga mal.

Para un pan de 500 g

100 g de harina panadera
130 g de harina integral de trigo
140 ml de agua
25 g de mostaza en grano
115 g de masa fermentada
2/3 cucharilla de café de levadura seca
3/4 cucharilla de café de sal


Echamos los ingredientes en la cubeta de la panificadora (siempre tratando de que la sal no entre en contacto con la levadura). Seleccionamos el programa de pan francés. A la señal sonora introducir las semillas de mostaza. Una vez terminada la cocción, sacamos y dejamos enfriar en una rejilla.

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