21 de mayo de 2015

Sopa de hojas de apio


Con este calor que nos asediaba ya había abandonado las sopas...hasta ayer. De repente bajan las temperaturas y con ellas mis pies, mis manos y mi nariz se congelan. Tengo el termostato estropeado, lo sé. Y todavía queda el verano por delante y lo que yo llamo "el diálogo recurrente" que surge de la, por otra parte normal, conmoción cerebral que le produce a la gente verme con chaquetilla de punto en Agosto a las 4 de la tarde. Pero soy así, un guisante amarillo arrugado de Mendel. Todo genes recesivos. Un gustazo, vamos. Lo bueno es que me achicharro menos que el resto, pero sólo porque el clima en Madrid, afortunadamente para mí, es más seco que una pasa. Una vez se me ocurrió ir cerca del Mediterráneo en verano. Una y no más. ¡Casi muero derretida!. Y la gente ahí tirada a la solana al lado del mar; vuelta y vuelta y... ¡gratinado! (si me hubiera acercado seguro que olía a hornazo). Os prometo que, en ese aspecto, siento admiración por el 99% de la población. Pero bueno, voy a dejar de contar mis miserias que yo venía aquí con mi sopa tan feliz y de repente esto es el rosario de la Aurora (que me lío y me lío y ¡no paro!). 
Normalmente cuando voy a comprar apio tienen las hojas amputadas y entonces me indigno un poco. Es como si la gente no las quisiera para nada más que hacer sal de apio. Que sí, que está buena y tal, pero con las hojas se pueden hacer más cosas. En crudo son más amargas, pero una vez cocidas tienen un sabor estupendo. Creo que esta sopa es de mis favoritas. Lo malo era la búsqueda del apio con hojas pero últimamente empiezo a encontrarlo sin problemas. Y yo lo celebro. Espero que vosotros también lo celebréis con un homenaje como éste a las hojas de apio.

Para dos raciones generosas:

Todas las hojas de un manojo de apio
1/2 cebolla
1 ajo
1 cucharada sopera de salsa de pescado
1/2 cucharada de café de citronela seca
1/4 cucharada de café de cayena
aceite de oliva
agua

Ponemos a calentar el aceite en una olla. Rehogamos el ajo. Cuando esté ligeramente dorado añadimos la salsa de pescado, la citronela, la cayena y la cebolla y dejamos que ablande a fuego lento. Como la salsa de pescado ya lleva bastante sal yo no le puse, pero eso al gusto. Añadimos ahora las hojas de apio y cubrimos con agua. Cocemos unos 15-20 minutos. Servimos y ¡a comer!

1 comentario:

  1. Ayyyy, yo es que con el apio ando peleada. Será que mi memoria de pez, en algún momento infantil tuvo que ser más amplia porque las papillas que me preparaba mi abuela paterna las llevo grabadas en la pituitaria y olían a eso, a apio....desde entonces, no somos amigos jaja
    Pero oye, que seguro que me la pones por delante y te repito hasta el plato.
    Anda que si vieras a los guiris que vienen aquí, con la de vuelta y vuelta...y achicharrados siguen tomando el sol. Ni idea de cómo lo hacen, el gen masoca y del dolor lo habrán dejado en su casa porque yo con mirarlos ya me encojo jaja
    Besotes . . . sigo con otro traguito de café y voy a por la siguiente.
    P.D: Mi madre también tiene el termostato estropeado, y nos reímos un montón de sus fríos. Seguro que a tí también te ocurre :)

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