De vez en cuando una se merece un capricho. Y recuerdo muy bien a cuento de qué vino éste. Estaba yo apaciblemente desayunando, casi pastando como las vacas en el campo, cuando de repente sonó el móvil. Un mensaje. Como por inercia lo cogí y apreté el botón correspondiente (las pantallas táctiles no reconocen mis dedos... y por lo visto ¡no soy el único espécimen! Así que estoy felizmente condenada a las Blackberry). Miré y leí. Lo que allí aparecía no era otra cosa que un mensaje de serviempleo (el Inem) para una preselección de un puesto de trabajo que, cosa rara, ¡tenía algo que ver con una de las mil cosas que he estudiado! Así que estaba yo apuntando el lugar y la hora cuando, de repente, veo la fecha. Hacía dos días que se había celebrado la convocatoria.
Como os podéis imaginar ya ni desayuno apacible ni nada. Me calcé las botas y me encaminé a la oficina del Inem a pedir explicaciones. ¡Qué menos!. La respuesta que allí recibí, después de toda la mañana, fue ninguna (menuda sorpresa). Que si no funciona el sistema informático, que si el sol sale por el este, que si la abuela fuma y que me fuera a casa. Así que eso hice, me marché exactamente igual que había ido.
De camino, me crucé con un camión de fruta y de repente me acordé de que había guardado el almíbar de unos melocotones en la nevera (¡que no tiro nada!). Para cuando entré por la puerta ya sabía lo que iba a hacer con ello. Me merecía un premio de consolación para la merienda. ¡Y vaya si hizo efecto! Si engordo la culpa es del Inem (o algo).
Para 6 muffins
180 g de harina leudante
1 cucharada sopera de levadura
1 huevo M
1/2 cucharada de postre de sal
50 g de pepitas de chocolate blanco
60 g de azúcar o equivalente en edulcorante
50 g de mantequilla ligera (derretida y no muy caliente)
130 ml de almíbar ligero de melocotón
12 frambuesas congeladas
Mezclamos por un lado la harina, el azúcar, la levadura y la sal. En otro bol batimos el huevo y añadimos la mantequilla y el almíbar. Vertemos los sólidos en la mezcla líquida y damos unas vueltas. No hace falta que quede una masa perfecta, si quedan grumos de harina no hay problema porque en el horneado desaparecerán. Añadimos ahora las pepitas de chocolate blanco. Precalentamos el horno a 180º. Vertemos la mezcla en los moldes de magdalenas y en cada molde ponemos dos frambuesas congeladas. Metemos al horno 30 minutos. Sacamos, dejamos enfriar y ¡a disfrutar!
No te desanimes porque solo es cuestión de que vuelvas a coger el pico y la pala y retomes la "dignidad" del trabajo, la madre que los parió!!!! Por cierto, ¿es que no tienes huellas dactilares? De todas formas veo que sabes venirte arriba rápidamente y disfrutar de las cosas lo mejor posible, no nos queda otra. Mientras tanto a disfrutar de bocados tan tan ricos como estos muffins que seguro que saben a gloria y bonitos que te han quedado. Un abrazo!!!
ResponderEliminar¡Ayy! Pues a ver si es verdad porque a este paso o me pongo los rulos y la bata rosa para marujear en la terraza con las vecinas o me convierto en un mueble del salón. ¡Qué aburrimiento! Porque sin negocio la calidad del ocio disminuye muchísimo y yo ya no sé ni qué inventarme jajaja Lo de las pantallas táctiles, ¡es todo un misterio! A veces me miro al espejo y temo no reflejarme y confirmar que soy un ser de ultratumba, porque no es normal. Pero te prometo que de 15 veces que pulso una pantalla funciona 1 ó 2. ¡Estoy estropeada! Un placer que estés por aquí de vuelta. Un beso grande!
EliminarBueno, míralo por el lado positivo, el cabreo te llevó directamente a la elaboración de estos ricos muffins y mira lo apetecibles y bonitos que te han quedado y ¿quién sabe? a lo mejor tu futuro laboral tiene algo que ver con la buena maña que te das con la repostería. No hay que descartar nada en los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn beso guapa. Que tengas buen finde.
¡Eso sí! ¡Que no hay mal que por bien no venga! Aunque luego las lorzas no hagan más que recordarle a una que ya está todo el mundo con la operación veraniega, pero a mí me da una pereza...jajajaja Yo ya no descarto nada en este mundo de flexibilidad laboral. El problema es que esa flexibilidad es impostada y tiene todo que ver con horarios y salario pero nada con la formación. ¡Un aburrimiento! Pero yo ahí sigo, al pie del cañón. No me pienso bajar del burro jajaja. Un beso!
EliminarY nosotros... ¿tendremos que agradecer al Inem o item, o al eadem idem, que gracias a él nos dejes estas recetas tan ricas? es chufla, claro, los latinejos. Me han parecido maravillosos tus muffins, han quedado geniales. Besos guapa y ánimo, te digo como dice Mª Dolores.
ResponderEliminar¡Gracias por los ánimos! Y me he reído mucho con el latín jajaja Si es que tienes razón, es lo mismo todo el tiempo. Pero si para mí tienen lo mismo siempre (que es nada), me van a tener ahí hasta que se aburran de verme, aunque no valga para nada tampoco, pero oye, por lo menos molesto un poco y lo mismo se acuerdan de mí alguna vez jajajaja Un beso grande!
EliminarDesde luego te han quedado con una pinta y un colorcito estupendo, menuda mezcla de ingredientes entre el almibar, las frambuesas y el chocolate blanco se me ha hecho la boca agua.
ResponderEliminarPor cierto vaya incompetentes los del inem ;( mandando mensajitos y además fuera de plazo...
un besazo y feliz semana
La verdad que me sentaron estupendamente, mucho mejor que mi visita al Inem! Besoooos!
EliminarHoy en día, recurrir a fallos en el sistema informático es lo mejor del mundo. Así se escurre el bulto rapidamente y nadie tiene culpa de nada, una alegría vaya. Y una mala leche para el que la sufre, también.
ResponderEliminarSiento mucho este tipo de desajustes, sobre todo cuando en segundos pasas de la alegría de ayyyy un sms importante para mí, a ver que era una quimera.
Por cierto, estos muffins pá morirse de ricos. Y lo de añadir el almibar de los melocotones, eso no me lo hubiera imaginado nunca.
Besotes gordos mi niña, otro traguito de café y voy a por la siguiente....me voy a quedar a vivir aquí jajaja