Los patés vegetales son mi debilidad, ya lo iréis viendo. Pues esto comienza así: tengo un amigo cuya novia es vegana o vegetariana o lactovegetariana o ovolacteovegetariana o simplemente no come carne ni pescado. No puedo concretar porque para mí es un misterio (que se solucionaría con preguntar, la verdad). El caso es que ella hace unos patés vegetales que me quitan el hipo y me encantan. La semana pasada me acercaron un tapenade espectacular que me duró esa noche (no puedo evitarlo, es superior a mi voluntad) y un paté de pimientos y tofu que estaba también muy bueno. Pues bien, quería hacer el de pimientos y al preguntar me dijeron que era comprado. En ese momento (sonido de decepción de dibujos animados) sufrí infinito porque pagar 3 euros por un paté del pasillo de los ecológicos de Alcampo no está en mi agenda gastronómica. Así que busqué el susodicho paté y los ingredientes y adapté el asunto dando lugar a esta maravilla cósmica. Rico no, lo siguiente. ¡Al turrón!
1 bote de pimientos del piquillo al ajillo en tiras
1 diente de ajo pequeño
100 gramos de tofu sedoso (del japonés, el firme del Mercadona es el tofu chino)
1/2 cucharada de postre de cominos
2 cucharadas de postre de zumo de limón
Cocemos el tofu unos 10 minutos en agua porque dicen que es indigesto (a mí nunca me ha pasado nada por comerlo tal cual). Sacamos el tofu y añadimos todos los ingredientes (recomiendo echar el diente de ajo que viene con los pimientos) en el vaso de la batidora. Trituramos todo y lo dejamos reposar en la nevera si podemos.
Cuanto más tiempo reposen los patés vegetales más se amalgaman los sabores. Yo los suelo acompañar de palitos crudos de apio, zanahoria, calabacín, pepino o bien champiñones laminados, que sí, que se pueden comer crudos y personalmente me gustan muchísimo más que cocinados.
¡A disfrutar!
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