Si empezáis a sospechar os lo confirmo: mi relación con la calabaza es de amor eterno. Siempre que puedo la utilizo en mis recetas y si no puedo me la como cruda y santas pascuas. La verdad es que como las calabazas que traigo de Galicia de la huerta de mi abuelo no hay otras. El único problema que tengo es que se me terminan enseguida. Pero cuando no hay pan buenas son tortas. Así que voy a comprarla y veo esas rodajitas que venden y pienso: "eso se me queda en una muela". Entonces una señora espontánea aparece y se lleva una barqueta con una rodaja de 200 g. Misterio para resolver en Cuarto Milenio. Mientras sigo intentando resolver el enigma os dejo con la receta.
Para 2 raciones:
200 g de brócoli
250 g de calabaza
4 lonchas de pavo cocido
1 huevo y 2 claras (o 3 claras)
3 cucharadas soperas de queso fresco batido desnatado
queso para gratinar light
pizca de pimienta
pizca de nuez moscada
sal al gusto
Cocemos el brócoli y la calabaza troceados al vapor durante 15 minutos. Cortamos el pavo en cuadrados. Por otro lado batimos el huevo y las claras con el queso fresco batido y echamos la sal, la nuez moscada y la pimienta. Es importante que el queso fresco batido no tenga mucho suero, escurridlo en la medida de lo posible para que no os quede aguada (se puede hacer en un colador con un trapo de algodón encima). Echamos el brócoli, la calabaza y el pavo en el huevo y el queso. Mezclamos bien. Volcamos en un recipiente. Decoramos con el queso para gratinar y al horno 30-40 minutos a 180º.
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