5 de marzo de 2015

Yogur de fresa (con infusión de frutas)

Una cosa tan simple como un yogur: pasión. Ya sean de sabores, con cereales, con sacapuntas o con dedales. Simplemente me encantan. No hace mucho (aunque ya llevaba bastante tiempo dándole vueltas al asunto) decidí hacerme con una yogurtera y siempre tengo yogures caseros en la nevera.
Otra de mis pasiones son las infusiones. Rara es la planturria de la que no termino bebiendo sus bondades. Pero al Notario los tés y las infusiones le rascan la barriga y, como yo me paso el día con la taza en la mano, por solidaridad, a veces compro "infusiones" de sabores que creo que le puedan gustar. Lo que sucede es lo siguiente: se bebe una y se olvida de que existen. Así que abro el armario y de repente me encuentro con una caja de 20 bolsitas de infusión de fresas (de la que quedan 19) que caduca en 2 asaltos. Entonces me pregunto...¿qué hago yo con esto? y me respondo: ¡yogures! De este modo aparecen en escena nuestros protagonistas. Efectivamente saben a fresa, pero no a yogur de fresa natural, no. Saben casi como los que se compran. Es una cosa un poco misteriosa y sospechosa pero la verdad que están buenos. Supongo que valdrá igual con cualquier infusión. En siguientes episodios lo comprobaré.


Para 7 yogures:

1 l de leche desnatada
2 cucharadas soperas de leche en polvo desnatada
50 g de azúcar o equivalente en edulcorante
1 yogur natural desnatado
10 sobres de infusión de fresa 




Calentamos la leche hasta que hierva. Infusionamos los sobres unos 10 minutos, escurrimos, retiramos y dejamos enfriar la leche. Batimos con el resto de ingredientes y echamos en los vasos. Introducimos estos (sin tapa) en la yogurtera durante 10 horas. Retiramos y dejamos enfriar en la nevera al menos 4 horas antes de consumir. ¡Rico, rico y a la nevera!





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