22 de junio de 2015

Pilaf festivo. Receta turca


Además de la infinita lista de recetas pendientes tengo una lista, también infinita, de sitios que visitar. Algunos son más accesibles que otros. Sé que es bastante improbable que algún día pueda ir a Samarkanda, en Uzbekistán, a ver las ruinas, o a Georgia, o a Chile o a tantos otros lugares. Pero hay determinadas localizaciones que están tan cerca y que no he visitado que me van compensando el resto. 
La semana pasada fui a una de éstas. En Ávila, a unos cinco kilómetros, existe una ermita a la que tenía unas ganas inmensas de ir. No por la cuestión religiosa, sino por la leyenda. La ermita es la de Nuestra Señora de Sonsoles (que debe su nombre a que los pastorcillos a los que se apareció la virgen, al ver la luminiscencia, gritaron: "¡Son soles!, ¡son soles!". Lo sé, es absurdo, pero por eso también me gusta) y lo que la hace tan peculiar es que, dentro, tiene un cocodrilo disecado metido en una urna. ¿Os imagináis entrar en un templo religioso y que lo primero que veáis sea un cocodrilo? Se cuenta que un abulense en las Indias, poseedor de tierras de cultivo, un día, haciendo su ronda, se encontró con un cocodrilo dispuesto a desayunarse al hombre sin miramientos. Entonces, el terrateniente, se encomendó a la virgen de Sonsoles y ésta convirtió su látigo en una espada. Con ella mató al  reptil y como ofrenda mandó el cadáver disecado a la ermita. 
Yo, cuando en su día leí esto, me dije que tenía la obligación de hacerle una visita a tan extraño agradecimiento. Así que, la semana pasada, cuando tuve la oportunidad, allí que me fui. La verdad que es muy cómico y, al acceder y verlo ahí metido entre cristales, le entra a una la risilla tonta. Por lo visto antes lo tenían colgado del techo. Se vé que a los feligreses no les hacía la misma gracia que a mí. 
Aunque, en el fondo, no es nada insólito que haya animales disecados como forma de ofrenda o parte de una leyenda en una iglesia. En Galicia, al menos, abundan.

Y bueno, lo que hoy os dejo por aquí es una receta de pilaf. Las especias, las pasas y los piñones sí que son santos de mi devoción. Les pondría un kiosko en la Gran Vía como homenaje porque se lo merecen. De todas las preparaciones árabes de pilaf ésta es mi favorita sin lugar a dudas. Así que si os apetece comer un arroz distinto ésta es una muy buena opción.

Para dos raciones

200 g de arroz
100 g de hígado de cordero
un hueso de cordero (unos 50 g)
50 g de cebolla
30 ml de aceite vegetal o mantequilla
1 cucharada sopera de azúcar
20 g de pasas (yo puse sultanas)
10 g de piñones
1/2 cucharada de café de canela
1/2 cucharada de café de comino
sal
pimienta
2 dátiles y eneldo en polvo para decorar (opcional)

Ponemos en remojo el arroz y dejamos reposar media hora. Escurrimos el arroz. Cortamos el hígado en dados y mientras hacemos un caldo con el hueso de cordero y una taza de agua. Calentamos en una olla el aceite o mantequilla y rehogamos los piñones junto con la cebolla unos cinco minutos. Echamos el arroz escurrido en el aceite, salpimentamos y agregamos el comino, el azúcar y la canela. Añadimos las pasas y el caldo. Por último incorporamos el hígado sobre el arroz y removemos. Dejamos cocer tapado a fuego muy suave unos 15 minutos, hasta que el arroz esté cocido. Dejamos reposar unos 20 minutos. Emplatamos, decoramos y servimos. ¡A comer!

6 comentarios:

  1. Yo me comería este arroz sin dudarlo porque el cordero me gusta, aunque por la experiencia del blog sé que no es una carne muy apreciada, al menos no tanto como el pollo o el cerdo, pero con el acompañamiento de frutos secos y en dulce es algo que hay que probar. Y como también te sucede, esta receta irá a engrosar la libreta de "pendientes" que me consta que tod@s tenemos, hasta que pueda hacerla, que será en un tiempo no demasiado largo porque me tienta mucho. Y además tiene un aspecto muy apetitoso.
    Bss

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    1. Sí que es verdad lo que dices del cordero, aunque en mi casa soy la única a la que no le hace mucha gracia, que aquí se pone un cordero por delante y echan al que haga falta! jajaja Eso sí, me pones un dátil y la que empuja soy yo! Pues ya verás lo que disfrutas el arroz. Un beso!

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  2. yo no conocía este arroz, desde luego tiene una pinta exquisita, a mi también me encantan las especias y frutos secos para cocinar, dan tantísimas posibilidades a nuestra imaginación... un plato de 10!

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    1. uy! que me pongo roja y todo! de 10! jajajaj La verdad que un fruto seco en un plato le da un sabor especial! Besos!

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  3. Hola guapísima !!!
    Menos mal que con esto del blog tenemos la excusa perfecta para darnos vueltas por el mundo a modo de Willy Fogg las veces que nos de la gana jaja
    La carne de cordero me gusta mucho, pero el hígado precisamente, no es una parte del animalito que haya comido. Lo cual no quiere decir que tu arroz no me lo llevaría con gusto, es más, repito plato seguro porque las pasas me vuelven locas y en combinación con los piñones hasta pongo el puesto contigo a medias.
    Es curioso lo de las reliquias en lugares religiosos, y éste del cocodrilo aunque extraño me parece hasta simpático. Porque de pequeña me llevaron a varios sitios que tuve hasta pesadillas: lease prótesis de piernas, largas melenas por haber cumplido promesas, y velas con formas de bebés. Pero vamos, como la mano de Sta. Teresa....esa ya me dejó K.O y ya fue de mayor jaja
    Tu Pilaf, es totalmente festivo Silvia, no sé si por el día en si, o por las fiestas que yo le haría.
    Besotes gordos mi niña.

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    1. Buenas!!! Y lo mejor de viajar con la comida es que es mucho más barato! Aunque si te soy sincera lo que más me gusta del plato son los dátiles y las pasas jajajaja En otra vida debí de ser un sultán persa porque no es normal lo mío. A veces te juro que se me va la olla y me pongo a comer pasas como si fueran pipas. Eso sí, al día siguiente el Roca me recibe con los brazos abiertos jajaja
      Madre mía! Sé de qué me hablas. Hace unos años estuve en Malta, y en una iglesia tenían una sala entera con las paredes cubiertas de prótesis. ¡Santo horror! (y nunca mejor dicho). No he tenido la suerte de ver la mano de Santa Teresa jajajaj A saber de quién sería el miembro. Yo no sé si alguna vez se darán cuenta de que ya no vivimos en la Edad Media y quitarán ese tipo de cosas de la vista humana. Que el cocodrilo tiene un pase, pero ¡una mano! jajajaj Yo alucino! Un beso grande!

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